25/4/08

Pan y Queso

25/4/08
Con el paso del tiempo, me he dado cuenta que sólo hay un sistema de elección directa que me satisface. Un único tipo y no estoy hablando del voto democrático sino, del viejo y querido “pan y queso”
Para los que no lo conozcan, permítanme explicarlo.
Para el Pan y Queso, necesitamos a dos sujetos, los que denominaremos “SUJETO A” Y “SUJETO B” Los sujetos deben estar ubicado a dos o, tres metros de distancia, enfrentados y con sus pies juntos y paralelos. Uno de ellos, en este caso el SUJETO A da un paso al frente, en dirección hacia el SUJETO B.
El tipo de paso del pan y queso es muy especial. Se trata de un paso corto, donde se debe tocar, con el taco del pie que avanza, la punta del pie que se mantiene inmóvil. Una vez que el SUJETO A realiza este paso, debe pronunciar en voz alta la palabra “pan”
El SUJETO B debe, entonces, realizar un paso de idénticas características pero en dirección contraria y pronunciar la palabra “queso”
El SUJETO A vuelve a repetir el paso, diciendo, nuevamente, “pan”. El SUJETO B vuelve a realizar el paso, diciendo “queso”. Los pasos se vuelven a dar una y otra vez, diciendo las palabras que le dan nombre a este sistema de elección.
El momento de la verdad llega cuando los sujetos se encuentran a escasos centímetros de distancia. Ambos deben seguir su camino, hasta que uno de los dos pisa la punta del pie al otro. El que logra esto, obtiene el beneficio de elegir en primer lugar.
Cuando yo era chico, el Pan y Queso era ley. Valía más que la constitución misma. Así se armaban los equipos para el partido de fútbol.
Los que eligen tienen derecho a basarse en lo que les plazca, para armar la formación. Ser el mejor jugador, amigo del que elige, o el que compra golosinas para todos, vale lo mismo.
Sin embargo, cuando el partido comienza, si el equipo no funciona, la culpa es del que escogió, por no haberlo armado bien.
Creo, sinceramente, que el pan y queso sería una solución para muchos de los conflictos de la humanidad. Conflictos como división de bienes, repartición de las tareas domésticas, división de recursos.
Instalar el Pan y Queso como sistema electoral, sería un poco más complejo, pero se podría lograr del siguiente modo.
Los líderes de cada partido político organizan un pan y queso, para ver que facción del partido competirá (esto también elimina el sistema convencional de interna). El orden de elección, los llevará al orden de presentación en la nacional.
Una vez estén los elegidos de todos los partidos juntos, harán un pan y queso cerrado. El que ganó en la interna de un partido, se enfrentará al del otro partido y el vencedor, se disputará el premio con los otros vencedores, hasta lograr un ganador. En lugar de elegir compañeros, elige cargo político. El primero, seguramente, escogerá la presidencia, el segundo querrá ser Vice y el tercer, presidente de la cámara de senadores. Pero la elección es de cada uno.
Así, se terminaría la política como la conocemos, pero sería efectiva.
Eso si, jamás olviden, que si el dueño de la pelota no está a gusto con el orden en el que se lo escogió, se da media vuelta, se lleva la pelota y la diversión termina antes de comenzar.

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