Alguna vez se han puesto a pensar que la única forma de poseer una identidad realmente única, no es por medio del nombre que tenemos. Claro que no. Sólo tienen que abrir la guía de teléfono, para advertir alguien sobre o debajo de ustedes, con el mismo nombre y apellido. Busquen en Internet o, pregunten por ahí. Nadie en este mundo es tan original. Vamos, los nombres y los apellidos forman largas listas. Sólo si tenés suerte y posees un doble apellido y dos nombres, puede que sólo exista uno o dos, que sean igual.
Juan Pérez, Carlos García, Pablo Ayala, Eustaquio Nocioni de Oliver o, Fina Hermelinda Bonaventti de Villalobos. Nadie es tan original como cree.
Sin embargo, existe una forma de serlo. Sólo una que nos otorgará una identidad realmente única, la opción numérica.
Piénselo. Para el sistema somos un número y ellos saben perfectamente quienes somos. Nuestra pista no se les pierde, siempre pueden dar con nosotros de una u otra manera, por lo tanto, su sistema funciona.
Claro, no hablo de 1, 89 o, 450. Yo, por ejemplo, seria 27.183.322, mi número de Documento. Si, es extraño y complicado, pero resultaría.
En grupos reducidos, podría ser 2, o 27 o, 322; dependiendo de las coincidencias de los demás integrantes del grupo.
Es sólo cuestión de acostumbrarse. Si nos hubieran llamado así desde pequeños, no nos molestaría, mi abuela me diría Veintisiete Millones Ciento Ochenta y Tres Mil Trescientos veintodosito, en vez de llamarme Ezequielito. Pero a mi primo Ezequiel (falta de originalidad en la familia) lo llamaban igual.
Convengamos que es mucho más fácil organizar una lista numérica, que una de palabras. Uno no debería ponerse a pensar en el alfabeto ante cada apellido sino, simplemente acomodar los números.
Los señores del registro civil no se confundirían agregando u omitiendo letras o, acentos con los nombres extraños. Los extranjeros no deberían modificar su nombre al ingresar un país. Sólo un número previo, indicando nacionalidad y listo.
Ya puedo escuchar a las viejas argumentando que es antipersonal, pero es la única manera de ser único e irrepetible. Ya verán cuando al salir a la ventana y griten un número, sólo su nieto les responderá, de entre todos los chicos de la vereda.
Con decir su número, uno estaría indicando también su edad y si se organizara de alguna manera mejor, hasta su procedencia.
Habría que cambiar muchas cosas, pero el sistema ideal, sería el siguiente.
• Un número de tres cifras inicial, que indicaría el país de procedencia. Este número sólo se utilizaría en caso de estar en otro país. Para evitar estúpidas discusiones de importancia de las naciones, se haría de forma cronológica. El primer país consolidado recibiría el 001; el 002 sería para el segundo país y así, sucesivamente.
• Un número de dos cifras siguiente, que indicaría la provincia o, estado de nacimiento. Este número también se utilizaría en casos formales. Se podría agregar una cifra de dos número extra, para el municipio de residencia, pero eso es opcional
• Por último, pero no menos importante, el número de identificación personal.
Con este sencillo sistema, lograríamos una identidad única, con la cual sería imposible confundir.
Jamás dije que estuviera bueno y que me guste, sólo digo que es una forma efectiva.
Eso si, si después nos forjan a fuego (cual vaca) no me vengan a decir las cosas a i, que esa idea a es vieja y la uso todo el mundo, como yo ahora.
25/4/08
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