9/1/08

Todo lo que usted no quiere que pase e irrefutablemente, pasará

9/1/08
Comencemos por algo sencillo. Usted morirá.
Puede que sea de viejo, rodeado de nietos y bisnietos, o puede que lea esto, mientras una lámpara se descuelga del techo y le destroza la cabeza. Pero de una u otra manera, usted se va a morir.
Si la lámpara se descolgó del techo y lo mató, estas palabras no serán para usted, ya que la muerte (creemos) imposibilita la tarea de leer y comprender lo leído. Sin embargo, si usted se encuentra entre los que se morirá de viejo, o de algunas de las otras 150.000.001 formas de morir, continuamos.
Nos vemos obligados a aclarar que ciento cincuenta mil millones, es el número en el que nos cansamos de enumerar formas de morir, por lo tanto, ya que estuvimos a punto de fallecer de aburrimiento, le agregamos “fallecer de aburrimiento” y dejamos de contar.
Todo lo que usted no quiere que pase e irrefutablemente pasará, es, precisamente, lo que usted no quiere que pase. Por lo tanto, tiene dos opciones.

1)Resignarse.
2)Oponerse durante un tiempo, darse cuenta que ya ha pasado y darnos la razón (no se preocupe, ninguno de nosotros se le aparecerá en un futuro a palmear le la espalda y decirle “se lo dije”)

Como le dije antes, pasará.
Existe una larga lista de cosas que pasarán, quiera o no. Por ejemplo, en algún momento de su vida, usted recibirá una noticia para la que no está preparado y que temió recibir con antelación.
Comprenda que nosotros no somos videntes ni astrólogos. Nosotros somos científicos y todo lo que decimos, está comprobado. Sin importar la nación en la que halla nacido, la religión a la que pertenezca, o el color de la sala de jardín de infantes a la que asistió de pequeño, deberá aceptarlo. Las cosas que uno no quiere que pasen, terminan por pasar.
Entienda que uno pone el mismo empeño por lograr que las cosas pasen, que el que pone en lograr que las cosas no pasen. Por lo tanto, la balanza está equilibrada y como siempre sucede en estos casos, cualquier modificador, directo o indirecto, hará que las cosas pasen o no. Pero usted es un ser humano y el ser humano es, por excelencia, un idiota que se pasa la vida lamentándose de las cosas que no le pasan.
Si usted no es un ser humano, tenemos un problema, ya que usted no es un usted. Para evitar problemas, comencemos en definirlo a usted, momentáneamente, como lector... aunque si usted está escuchando estas palabras, en lugar de leerlas, usted es oyente. Será mejor que aclaremos las cosas y lo ubiquemos un poco.

Para ubicar al lector:
Usted está aquí.
Aquí es, precisamente, el lugar donde usted está leyendo “aquí”, que no es el aquí, donde yo estoy escribiendo “aquí”, de lo contrario, aquí sería allá y aquí al mismo tiempo, el mundo se hubiera plegado y usted y yo estaríamos compartiendo el aquí, pero el universo, o al menos nuestro plano, se estaría destruyendo.
En realidad, no sabemos a ciencia cierta, si se estaría destruyendo o no, pero por lo pronto, sería un gran problema.
Aquí es cualquier lugar donde se encuentre usted, mientras lee estas palabras, sin embargo, usted puede que sea usted u otro usted, que también está leyendo estas palabras, pero en otro aquí, por lo tanto, allá para mi y los otros usted, pero aquí para usted.
Dejemos en claro que sólo existe un aquí para cada usted. Si usted tiene la mala suerte de estar leyendo estas palabras a otro u otros usted, el usted debe reemplazarse por ustedes y el aquí puede ser más abarcativo, convirtiendo su exacta posición geográfica, en una habitación o espacio. Sin embargo, los ustedes, serán una agrupación de usted, por lo que seguirá habiendo un aquí para cada usted.
Comprenda que es imposible que un aquí sea compartido por dos o más usted. Si usted está embarazado, deje estas pavadas, infórmelo a las autoridades y ganará un premio de mil libras esterlinas. Pero si usted está embarazada, comprenderá que el usted que lleva dentro, lo utiliza a usted como un aquí, que no es lo mismo que compartir un aquí.
Si usted está poseído, puede que el usted ente comparta el aquí, pero no nos interesa hablar con gente poseída, por lo que por favor, deje de leer esto y retírese de la vista de estas letras. Si usted tiene parásitos, dos cosas: valla al médico y siga leyendo esto en la sala de espera.
Si usted lee esto mientras camina o avanza de forma alguna por el espacio tiempo de nuestro universo, comprenderá que el aquí se modifica a medida que avanza, pero de todos modos, usted siempre estará en un aquí, por más minúsculamente corta que sea su estadía en ese aquí.
Usted es un ser humano, eso lo sabemos porque el resto de las especies que coexisten junto a nosotros en este planeta, no saben leer y si lo hacen, no nos han avisado.
Si usted pertenece a una especie que no es la humana y puede entender las palabras que estamos escribiendo, por favor notifíquenos de su existencia. Se sabe de una buena recompensa por cosas de este estilo. Pero por lo pronto no lo consideramos un usted.
Tampoco consideramos a los animales un usted, ya que son animales no son un usted, son animales.

Sabiendo de antemano que usted es un ser humano, le aclaramos que las siguientes palabras, pueden resultare un poco fuertes.

“SER HUMANO”

O tal vez no, depende de su agrado o desagrado de su propia humanidad y la de los otros.
Si usted es uno de esos seres humanos que antepone el bienestar de otros al suyo, podemos asegurar que usted es humanitario y esas palabras no le hicieron mecha. Sin embargo, si usted es uno de esos seres humanos, a los que la humanidad le resulta como un kilo de chocolate con mayonesa y un rabanito cortado en juliana, las palabras le habrán dolido bastante. Pero lo habíamos advertido, eran un poco fuertes.
Nuestra intención no era halagarlo ni insultarlo, simplemente, plantarle un espejo de frente, para que se vea. Tómenos como un amigo que le dice una gran verdad y después se lava la culpa de las manos argumentando que, para eso están los amigos.
Piense en lo primero que se le vino a la mente cuando leyó las dos palabras y comprenderá quien es.
Parece una estupidez y, lo más probable es, que lo sea. Pero también somos seres humanos y ya sabemos lo que eso significa para nosotros.
Creemos que uno es la proyección, de lo que los demás proyectan en nosotros y que, por lo tanto, los demás son lo que nosotros proyectamos en ellos. En pocas palabras, somos, una manga de incomprendidos, que pretendemos que los demás sean y hagan lo que nosotros queremos que sean y hagan.
En menos palabras, seres humanos.
Incluso aquellos seres humanos que argumentan que aceptan a los otros seres humanos como son, pretenden que esos seres humanos sean como son, por lo tanto, quieren que sean de una forma específica, lo que nos sigue dando la razón.
De este modo, nos pasamos la vida pretendiendo agradarle, a los que queremos que sean buenos con nosotros y odiando a los que ya odiábamos de antemano, pero que no se daban cuenta de las indirectas y nos seguían invitando a sus aburridos cumpleaños y agasajos.
Volviendo a aquellos que anteponen el bienestar de otros humanos al suyo, nos referíamos a los que lo hacen de forma sincera y no a los farsantes que sólo buscan sexo, prestamos de dinero u otros beneficios que presenta anteponer el bienestar de otros humanos al propio.
Nosotros, por otro lado, sólo pretendemos que ustedes sufran lo mismo que sufrimos nosotros, cuando leímos las palabras por primera vez y comprendimos quienes éramos. Si, se trata de venganza. Es como cuando uno se entera, que no existe el tal gordo regala juguetes del 25 y sólo quiere llegar a la escuela para volcar su resentimiento y frustración en los otros inocentes niños, que aun no saben la verdad.
Convengamos que es parte de la naturaleza humana hacer notar a los demás su propio sufrimiento. Es cuestión de juntar a dos ancianos humanos en la misma habitación y no tardarán en comenzar una extraña competencia de males, enfermedades y dolencias.
Ser Humano.
Lo agarramos desprevenido, lo sabemos, pero era la idea. Seguramente, ya se había olvidado de lo que sintió la primera vez que leyó las palabras y, lo más probable, es que su mente humana halla ingeniado algún medio de escape.
Pues no se escape.
Enfréntese a su humanidad.
Queremos dejar en claro que esto no es un libro de autoayuda, ni siquiera es un libro y mucho menos un auto. Simplemente son un par de estupideces entrelazadas que nos sirven para que usted note lo que realmente es ser un ser... bueno, uno de esos, tampoco queremos traumarlo.
Uno de estos seres, es un poco más que un saco de piel con cabello, uñas, órganos, músculos, sangre, huesos, comida a medio digerir y ropa ( lo sentimos, habitamos una sociedad donde la ropa es tan parte de la humanidad que casi, casi, que se agrega una sección de modas en los libros de anatomía) Ser un humano es tener conciencia (vio que ya no se escribe más con “SC” sino, con “C” sola, como setiembre, que la agarró la devaluación y le remataron la “P”)
Definir conciencia, alma, espíritu y esas cosas impalpables es tan complicado como besarse el codo, todos creen que pueden hacerlo, hasta que tratan. Ahora es cuando esperamos unos segundos, porque seguramente, usted está tratando de besarse el codo.
Ahora bien. Como decíamos, usted no puede besarse el codo y tampoco puede definir este tipo de cosas. Lo cierto es, como dijimos antes, todos sabemos lo que son, porque lo descubrimos con el correr de los años. Por lo tanto, hablar sobre algo que todos conocen, es como contar un chiste repetido, ya no causa gracia.

Todo lo que usted no quiere que pase e irrefutablemente, pasará, es precisamente lo que usted no quiere que pase.
Sin embargo, lo que uno quiere y no quiere es tan, pero tan relativo, que hasta se vuelve objetivo fundamental de la especie: Saber lo que uno quiere.
Todos queremos lo mismo, salvo aquellos que quieren otra cosa.
Esto es una verdad grande como lo más grande: “la vieja”, o no, depende de si usted quiere o no quiere a su madre. En ese caso, la verdad sería del mismo tamaño, pero figúrese otra cosa que no sea su madre.
Ahora bien, como decíamos todos queremos cosas similares y cosas distintas. Eso es lo que nos hace ser seres humanos y consumistas. Aquí no nos pondremos ni a favor ni en contra de los consumistas, ya que ellos saben bien lo que no quieren. Sin embargo, ellos tampoco saben lo que quieren, por lo tanto, tampoco saben lo de “irrefutablemente, pasará”. Aunque pensándolo mejor, cuando compran algo, saben que no quieren que alguien se equivoque de orden de compra y les mande otra cosa.
Así que, si es consumista, sabe que irrefutablemente, usted comprará por catálogo en algún momento de su vida y en algún momento, alguien confundirá el pedido.
Vamos, me va a decir que nunca pidió una hamburguesa sin un ingrediente y se lo enchantaron igual. Eso le pasa por no ir a un restaurante como la gente y ordenar algo que no sabe que tiene pero que, seguramente, no le gustará. Al menos así, el error no estaba previsto y usted no puede quejarse.
El ser... eso, siempre encuentra la forma de quejarse de algo. Siempre existe algo que molesta y molesta como una gotera a mitad de la noche.
Si no es el sistema, es el vecino y sino, usted mismo, que molesta y molesta a su pobrecito sistema y al buen tipo de su vecino.
Déjese de joder, hombre (mujer, niño o niña) su vecino tiene tanto derecho a molestar como usted y tiene el mismo deber de molestarlo a usted.
El sistema, por otro lado, tiene la característica fundamental, de hacer que, irrefutablemente, la cosas pasen, aunque no quiera que pasen.

Las cosas que usted no quiere que pasen e irrefutablemente, pasarán, son precisamente esas. Usted, por ejemplo, aquí, por ejemplo, quería leer algo productivo, pero no, se topó con este atajo de estupideces que, irrefutablemente, termina aquí.

8 comentarios:

Unknown dijo...

clap clap clap!!!
o como ir de un punto a otro, sin solución de continuidad.

- ChU! -

QueQui dijo...

Continuidad? solución? Clap? !!!?
Perdón Chu, pero son términos que no comprendo.

QueQui

Unknown dijo...

Clap = aplausos...
no te hagas el humilde ahora.

Anónimo dijo...

Te quiero cagar a trompadas!

QueQui dijo...

Otro ser humano desconforme que quiere atentar contra otro ser humano.
Cabezón, yo te quiero.
Pero por si no te lo habían dicho... No es tu culpa, solo sos un ser humano (creo)

Anónimo dijo...

jajajajaja
chabon..lamentablemente tengo que desirte que si esta forma de escribir es parecida a la forma en la que chamulas minas vas muerto jajja
jaj

nos vemos wachin!

Paloma de Palomar dijo...

Querido Quequi:
antes que nada quiero decirle que no sé muy bien dónde estoy... si aquí...allá...o...acullá...
De lo que creo estar segura es de que estoy porque si no...no me dolerían las piernas...
Además deseo aclarar que no ladro, por lo tanto no soy perro. Aunque trato de bañarme lo más seguido posible, no me riego los pies así que tampoco soy una planta. De todo esto se deduce, si es que se puede deducir algo, que vengo a ser un ser humano...eso creo...
Para concluir quiero decirle que son muy entretenidas sus "pelotudeces" como usted mismo las llama...
Dígame una cosa ¿cuándo las llama?... ¿vienen?

QueQui dijo...

mmmm lamentablemente, no vienen tan seguido como uno quisiera, pero me agrada saber que los perros y las plantas no me leen sino, los humanos. Digo lo de los perros porque soy muy flaco y me verian como una bolsita de huesos, que es como una bolsita de golosinas y lo de las plantas, porque yo les hablo, pero no crecen y se quedan ahi, haciendo fotosintesis como yuyo malo y no me contestan. En cambio, los humanos, esos si que saben contestar.
Gracias por tu comentario, me gusto

 
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