17/1/08

Señor Anselmo

17/1/08
Un señor larga desde el punto de partida, lo que quiere decir que nace, pero ya se sabe que va a ser un señor (¿qué como lo sé? Porque pensé esto antes de escribirlo y yo, a diferencia de usted, ya sé el final y por eso le hago un adelanto)
Decía, nace un señor que, como acaba de nacer, por ahora es llamado “bebe” pero sus padres disiden nombrarlo Anselmo. Por lo tanto, acaba de nacer el futuro señor, pero actual bebe, Anselmo.
Anselmo es un nombre de gente grande, dato también, por el cual sabemos que va a ser un señor.
Anselmo continúa sus años de infante, chupando teta al principio, mamadera luego y haciendo las cosas que hace un bebe, pero futuro señor. Osea, rompiendo las guindas a las cuatro de la mañana para que lo alimenten, ensuciando pañales, gateando por toda la casa y pedir upa cada cinco gateadas. También tiene la costumbre de llorar, pero lo hace como todo un señor en miniatura, a moco tendido.
Anselmo llega a su primer año en el jardín de infantes y le toca ir a la sala marrón, que es para futuros y sobrios señores, no como los de la sala verde, que es un color de sexo indefinido, para libertinos y psicópatas sexuales.
Anselmo aprende los colores y a hacer esculturas de plastilina, también aprende que la témpera no tiene rico sabor y aunque el pomito se parezca al de la pasta de dientes, su efecto no es el de limpiarlos sino, todo lo contrario.
Anselmo llega a la primaria. Entra como todo un señor al primer grado, donde aprende a escribir y los números. Poco a poco, empieza a armar oraciones y a sacar cuentas.
Anselmo llega a la secundaria, ya es todo un señorito, pero todavía no es señor.
Anselmo llega a la universidad y se detiene frente a la ventanilla de admisión. Comprende que si estudia medicina le dirán Doctor, no señor, si se mete en arquitectura o en ingeniería...
El pobre sufre un problema existencial. Tanto sus padres, como sus abuelos, como sus amigos, esperan que él se convierta en un señor, todo porque yo lo dije en el primer párrafo. En cambio, usted está esperando la oportunidad para reír y decir “viste que no iba a ser un señor”... pobrecito el futuro señor Anselmo, ¿por qué no cree en él? ¿Qué le hizo?
Anselmo sale corriendo, cruza la avenida y se mete en la academia militar. Allí, al alcanzar un alto rango, sus subordinados lo llamaran Señor. Pero Anselmo se detiene frente a un afiche con la foto de un soldado en plena guerra, se arrepiente y sale corriendo.
El futuro señor Anselmo (espere y ya va a ver, desconfiado) baga perdido durante años, buscando la forma de convertirse en un señor. Hace todo lo que puede, pero por mucho tiempo, lo llaman de formas distintas: Nene, Pibe, Muchacho, Chabón, Loco, Campeón, Máquina, Fiera, Flaco... en definitiva, muchas formas, menos Señor.
Pero un día (acá se viene) Anselmo camina por la calle y el mundo sufre un cambio. El cielo sigue siendo cielo, los locos siguen estando tan cuerdos como su locura les permite y yo, que soy el creador de la realidad irreal de la vida de Anselmo, lo tildo de Señor y desde este momento, este personaje, pasa a llamarse Señor Anselmo y al que no le gusta, que escriba sus propios personajes que no sean señores.
Eso si, los dejo llamarlos Anselmo, si tienen ganas.

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